México se prepara para la segunda ola de generación distribuida con 5 GW instalados y nuevas reglas técnicas

20 de agosto 2025
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México se prepara para la segunda ola de generación distribuida con 5 GW instalados y nuevas reglas técnicas

Con la publicación de la Ley del Sector Eléctrico (LESE), se abren reglas específicas para proyectos renovables, desde la ampliación del umbral de generación exenta hasta la integración de baterías en redes de transmisión y distribución. ¿Qué espera la industria?

 

La generación distribuida en México entra en una nueva etapa marcada por cambios normativos, mayores exigencias técnicas y la consolidación de nuevas figuras como el autoconsumo y el almacenamiento. En un webinar organizado por Intersolar México, Gilberto Sánchez, vicepresidente de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES), destacó que el país se encuentra frente a la “antesala de la generación distribuida 2.0”, con 5.000 megawatts instalados hacia el primer semestre de 2025, cifra que equivale al 8,15% de la demanda máxima registrada en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

“Es importante tener en cuenta que la generación distribuida está participando para ayudar a disminuir la capacidad que debe atender el SEN desde fuentes a gran escala”, explicó Sánchez. Esta participación supera el umbral del 5% establecido en la resolución 142 de 2017, lo que obliga a revisar los requerimientos técnicos y refuerza la necesidad de regulación adicional.

Uno de los cambios más relevantes es el incremento en el umbral de generadores exentos, que pasa de 0.5 MW a 0.7 MW. Para Elisa Márquez, directora general de Dobotica, este ajuste responde a una demanda del sector, pero también a los límites actuales de la red nacional. “Ya al sumar 200 kilowatts hace sentido para muchos clientes comerciales; definitivamente no abona todavía al ámbito industrial, pero sí a los comerciales”, afirmó Márquez.

La ejecutiva añade que este cambio abre oportunidades para usuarios en media tensión y obliga a los integradores a realizar simulacros y pronósticos con sus clientes, anticipando los nuevos escenarios de ahorro. “Es momento de preparar a los clientes para sistemas de hasta 700 kilowatts, aunque todavía falte la reglamentación”, sostuvo.

En paralelo, se formaliza la figura del autoconsumo, que reemplaza al abasto aislado, hasta ahora poco difundido y con limitaciones regulatorias. “El beneficiario para atender sus usos propios es el titular del permiso. Esta nueva figura de autoconsumo les ayuda a generar energía limpia dentro de sus instalaciones y a cumplir compromisos corporativos de reducción de emisiones”, remarcó Sánchez.

Este modelo permitirá a empresas con metas ambientales avanzar hacia su descarbonización, aunque todavía persisten dudas técnicas sobre cómo se interconectará con la generación distribuida en una red que ya presenta saturación en varios circuitos. “Habrá un momento en que generación distribuida y autoconsumo compartan la misma red, y ahí ya existe capacidad asignada. Vamos a ver cómo sortearán este tema el SENACE y la Comisión Nacional de Energía al emitir disposiciones”, advirtió el vicepresidente de ANES.

El otro eje central es el almacenamiento de energía, que por primera vez se reconoce como actividad del sector eléctrico. “El almacenamiento es una de las incorporaciones más importantes de esta ley, porque va a darle mayor seguridad a las inversiones”, subrayó.

La normativa abre cinco modalidades para integrar sistemas de baterías, desde su uso en centrales con fuentes variables hasta su incorporación en redes de transmisión y distribución. Para Márquez, este cambio transforma el modelo de negocio: “Sumar almacenamiento a un proyecto fotovoltaico puede triplicar su valor económico, pero también implica capacitar al personal y explicar a los clientes los riesgos y beneficios reales”, afirmó.

El desafío será técnico y comercial. La mayoría de las baterías que llegan al país son de litio, con nuevas variantes más seguras, pero requieren sistemas de comunicación avanzados, gestión de consumo prolongada y un entendimiento integral de las necesidades del cliente. “No basta con ver el recibo de luz, hablamos de monitoreos de seis meses a un año, incluso permanentes, para ofrecer soluciones integrales”, agrega Márquez.

Finalmente, ambos expertos coincidieron en que la segunda ola de generación distribuida no será inmediata ni sencilla, pero marcará un salto de madurez para el sector. “El almacenamiento viene a apoyar al sistema eléctrico nacional, pero vamos a requerir que realmente se entienda bien su aplicación y su alcance”, concluye Sánchez.

Con 5 GW instalados y un marco normativo en evolución, México abre un nuevo capítulo en el despliegue de energía distribuida, donde el autoconsumo, el almacenamiento y los requisitos técnicos serán los pilares de su consolidación.

 

 

 

 

 

 

 

FUENTE: ENERGIA ESTRATEGICA